"Sí, el silencio también puede representar una opinión -dijo Mishka-. El silencio puede ser una forma de protesta. Puede ser un medio de supervivencia. Pero también puede ser una escuela de poesía, con su propia métrica, sus propios tropos y sus propias convenciones. Una poesía que no necesita que la escriban con lápices ni plumas, sino que se puede escribir en el alma, apuntando al pecho con un revólver".