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De las siete vidas que le tocaron, se jugó ocho en la ruleta rusa. Cuando llegó al fin del camino, encontró una puerta, y detrás de la puerta, una escalera de trece peldaños, para subir a los tejados, aunque la canción decía que la escalera hacía falta para subir al cielo.
Si algo tuvo, todo lo perdió, menos las ganas de seguir viviendo. Se prometió eliminar de su vida el número tres, pese a la Divina Trinidad, pues a tiempo descubrió, que ese número, no es bueno para el amor. Siete veces se maldijo de su elección, no por las colinas de Roma, ni los colores del Arco Iris, ni las notas musicales, ni por las Maravillas del Mundo. Maldijo sus propias siete plagas de Egipto. Ningún siete, sería opción.
Los cinco Jinetes del Apocalipsis, la visitaron y ella rogó por los tres mosqueteros, que no eran tres, sino cuatro. Es cierto, no fue buena para elegir y mejoró su suerte, cuando se dejó llevar por el destino que una gitana le reinventó: "No rodaras más por las calles y este último callejón, casi una emboscada del futuro, te regalará una puerta de fantasía. ¡Aprovechala! Tú número es el dos, el día que naciste. Es un número de la armonía, la cooperación, la empatía. Solo en par, siendo uno más uno, y no dos mitades, se puede compartir el camino."
Hoy la gata, que alguien apodó Miel, por el color de su pelo, pasea su alegría en buena compañía, de techo en techo, de vez en vez, mientras las nubes ponen copos de nieve en los penachos de los gorriones, que felices saludan a esa pareja tan particular.
El mundo, de pronto, se ha vuelto diverso y grande, aunque una sola, sea la oportunidad.
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Pocas cosas dicen más de nosotros que un gato...
ResponderEliminarVoy a ver si llego a participar...aunque siendo de letras, no sé cómo se me dará eso de los números...
Divertido relato de esa afortunada gata. Muy bien trabajados esos números que auguran un feliz futuro al minino. Un beso
ResponderEliminarFíjate hasta no llegar al final del texto no pensé en el felino ..pero estaba claro desde el principio pero jugaste tan bien que yo tuve que llegar al final ,..muy bonito .
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por esta interedsante convocatoria . Feliz día.
Es un poco temeraria tu gata Miel al jugarse ocho vidas de las siete que tiene :) aunque la suerte le sonrie y termina paseando en sus tejados como reina por salón. Muy bonita tu historia.
ResponderEliminarGracias por tu visita a La Bitácora. Me sacaste una sonrisa con tu entusiamo!. La verdad es que no se me ocurría nada, pero al final, algo salió.
Feliz 2019.
Bss.
Que creativo tu planteo, hiciste un buen relato para tu jueves.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amor y humor. Realidad y ternura. Una bella metáfora.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
No habia caido que era una gata....genial relato. Besos.
ResponderEliminarQué bonita historia! Lo iba leyendo y una sonrisa se me abría. Es encantadora y aún más cuando descubres a la protagonista :)
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias a todos por su participación y sus comentarios. Ha sido un jueves muy provechoso, lo he disfrutado mucho. Besos
ResponderEliminarUn relato tan poético como original y "geminiano", si vale el calificativo jeje. Ha sido un placer reencontrar tus letras, Cass, como también la cadencia de tus propuestas con las que me hallo tan a gusto. Por suerte pude participar en ésta jeje, pese a la falta de tiempo de estos días. Un beso enorme y celebro que hayas sido quien tome la batuta de conducción juevera, que tan en alto venía sosteniendo nuestro querido Pepe.
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