con esa locura linda de los soñadores.
Estás borracho,
ebrio de sueños y proyectos.
Estás perdido,
fuera de tiempo, del nuestro,
haciendo que me sienta joven,
iniciando un camino,
que disfrutamos transitando,
de la mano,
codo a codo,
siendo cada uno, uno,
para duplicarnos y multiplicar.
Dos almas nuevas
renacidas, convertidas,
no ya en sombras de lo que fuimos,
sino en luz de lo que seremos,
brillo en los ojos,
de lo que somos.
Estás loco,
solo con proponerlo,
con sembrar en mí,
el presente más lindo y más cierto
uno que a la mañana me dice:
tenemos todo este día para vivirlo,
tenemos todo el mañana para soñarlo.