La niña está despierta.
Abre sus brazos para dejar entrar los sueños y empuja el aire con sus manos, más allá del cerco. Dicen que así, los malos presagios, escaparan lejos.
La niña espera a mi costado, que le tome la mano para caminar este día. ¿Lleno? ¿Vacío?
No importa cómo, solo el cuándo, que es hoy.
De la sombra llegamos y en la sombra descansaremos para retomar otra piel.
Hoy el alma está llena de luz.
Vamos niña, solo se trata de andar.
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