Dos niños, dos almas nuevas,
jugando cada uno a vencer.
Él, avión de papel.
Ella, de papel un barco.
Aire y agua y un día,
mucho después,
dos almas recicladas
jugando a perder,
en un charco
que olvidó la lluvia
somos corazón de otoño,
papel maché.
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